Gracias a que existe la técnica de conservación de alimentos, podemos disfrutar de una gran variedad de productos del mar con todas sus propiedades nutricionales.
Aunque los veamos en una lata, son una forma saludable y económica de consumir los nutrientes que nos regala el océano.
Quiero dejarte claro que podemos comer pescados varias veces a la semana, como se acostumbra en países que viven de la pesca o que practican la dieta mediterránea, y que está demostrado que son más saludables que nosotros. Lo importante es no seleccionar marcas por precio, compra por calidad. Marcas que protejan el océano, el ambiente, los delfines, que sean de producto wild o salvaje, que no sean altos en sodio y que usen buena calidad de aceite de oliva.
Después de más de una década de confusión y de un mínimo histórico de consumo de pescado en EU, la FDA confirmó recientemente que las mujeres, futuras madres y las mamás, necesitamos comer más mariscos. No comemos lo suficiente y estamos perdiendo nutrientes que nos ayudan, no sólo a nosotras, sino que también mejoran el coeficiente intelectual de los bebés, estimulan su crecimiento y su desarrollo en general.
Podemos consumir hasta 67 onzas de atún blanco en lata cada semana de manera segura. “Este hallazgo ha llevado a la FDA a anunciar nuevos consejos que nos alientan a comer más mariscos, incluyendo el atún enlatado”, confirma Dave Melbourne, vice presidente de Bumble Bee.
El pescado y los mariscos son bajos en calorías y en grasas saturadas, y son una importante fuente de proteínas, omega-3, vitaminas y minerales. Recuerda que con una conserva podemos hacer “de tripas corazones”, como diría mi abuela. Con sólo agregarle jugo de limón, cilantro y aguacate, tendremos una deliciosa ensalada. También quedan sabrosos en guisos, o en salteados, y en pastas, quinoa y arroces son tremenda opción. ¡Invítalos más a tu mesa! Ya sabes que la cocina no muerde ni los productos del mar en lata tampoco.