By Doreen Colondres para el National Pork Board
El término maridaje que tanto se usa en vinos aplica también en la cocina.
El maridaje es como un matrimonio. Cuando la gente dice, son tal para cual, pues así mismo pasa en boca. Es la reacción que dos “partes” crean al ser unidas. Si unes los incorrectos, el sabor de la comida o del vino se arruina. Si creas la combinación perfecta, la experiencia de ambos se complementa y se incrementa en boca. Eso es el maridaje, siempre buscar la mejor experiencia de los dos a la misma vez. Ocurre tanto al unir ingredientes en una receta, como al unir una receta con un vino.
Cuando lo aplicamos a una receta, debes entender lo siguiente:
- La acidez y el dulce disminuyen la sensación de grasa. Para pescados, sobretodo en el caso del salmón, el limón y la naranja no pueden faltar. Y en algunos casos, unos camarones en salsa de coco o en salsa agridulce sentarán bien. Por eso el salmón siempre se cocina con limón o al menos, se sirve con un pedazo de limón al lado.
- El cerdo que tanto amamos, lo complementa algo dulce o ácido. Lo puedes casar con ácidos como una salsa de tomatillos verdes, marinado en yogurt griego que naturalmente tiene ácido o acompañado de una salsa de mango, piña o guayaba.
- El ácido necesita más ácido. Por eso a las ostras le ponemos limón y no salsa dulce.
- Lo picante, con un toque dulce sentará perfecto. Soy de las que piensa que el picante, debe estar balanceado para que no opaque el resto de los ingredientes de la receta.
- El dulce, en el caso del postre, siempre busca algo más dulce. Por eso las salsas y cremas de los postres generalmente mejoran la experiencia del postre en sí. Seguro te han dicho alguna vez “pruébalo con la salsa”.
- Las carnes van a pedir lo fresco, algo de acidez y un toque dulce pero suave. Por eso siempre los espárragos, las zanahorias asadas, el maíz y las espinacas, entre otras verduras, sientan bien.
- El peso de la salsa depende del tipo de proteína, el tamaño de la pasta o el tipo de vegetal que vayas a usar. Por darte un ejemplo, pastas cortas con salsas gruesas y con texturas, las salsas más frescas y ligeras van mejor con pastas finas y largas.
- Si cocinas una proteína muy sencilla, busca acompañantes simples y si la proteína la cocinas con una salsa fuerte y sustanciosa, sírvela sola o con vegetales.
- Frecuentamos comer las proteínas con 2-3 acompañantes fuertes y altos en carbohidratos, como el arroz, los frijoles, las tortillas, la yuca o el plátano. Entonces, decide por uno o el otro y así mantienes el balance y la figura.
Te regalo esta receta de lomo de cerdo, en donde he unido el concepto cerdo y acidez. Es sabrosa, saludable, fácil de preparar y económica.