¡Comparte este artículo!

Viajar tiene sus ventajas, pero cuando vuelas mucho como yo, aprendes que nos es tan sencillo como parece. Seas un viajero frecuente, de cada verano o de cada 3 años, lee bien antes de montarte al próximo avión, sobre todo si el viaje durará más de dos horas.

  1. Planifica con tiempo, toma y lleva contigo tus suplementos vitamínicos. Hay muchas bacterias en los aeropuertos y más aún en los aviones.
  1. Hidrátate, toma mucha agua antes, durante y después. Sobre todo, durante, aunque el del lado se moleste, le dices que caminar ayuda a la circulación. Mejor hidratarse que enfermarse, y esto lo aprendí de un piloto. Después de ese día, mi vida cambió y me enfermo menos.
  2. El día anterior no comas pesado y trata de no consumir alcohol, ni antes, ni durante. Si eres de los que toma alcohol para relajarse, mejor reemplázalo por algún té o suplemento natural que te mantenga en una nube de paz.
  3. Llévate tus snacks. La comida del avión tiene mucha sal que te hincha y te infla como un globo. Empaca frutas frescas, almendras o cashews (sin sal), un yogurt natural o un simple sandwich preparado en casa con buenos ingredientes y poca sal.
  4. Si eres de los que no pueden dormir en el avión y se te antoja café, cómpralo o tómate uno antes de abordar. Siempre he pensado que el agua y los filtros usados para hacer café y té son de procedencia desconocida. Mejor cómpralo antes de abordar.
  5. Trata de no comer en los aeropuertos. No solamente es caro, sino que la mayoría es procesado y eso te hará sentir incómodo durante el vuelo y, si te enfermas, se arruinó el viaje. Si comes algo, que no sea comida rápida, que sea preparado en el momento o, de lo contrario, tu mejor cena será un smoothie o botella de agua y una banana o una manzana.
  6. Al regresar a casa, entra en “detox”. Come muchas frutas y verduras para limpiar tu sistema y poder perder el líquido que tu cuerpo acumuló con la altura y las comidas y bebidas del viaje. El cuerpo se afecta hasta con los cambios de horas y rutinas de comida. Yo al regreso tomo agua fresca de piña con perejil rizado, caldo de pollo fresco hecho por mí, muchas ensaladas con vegetales frescos y proteínas limpias, como el atún, el pescado o el pollo asado en casa.

Recuerda “empacar el balance” y llevarlo contigo todos los días de tu viaje para que la conciencia y el cuerpo no sufran mucho. La mejor forma de conocer un país es disfrutando de su cocina tradicional, aprovéchala. ¡Buen viaje, a comer rico y pasarla sabroso!

Doreen es una chef hispana y una viajera incansable certificada en cocina y vinos. Síguela en todas las redes @Doreen Colondres, visita su web www.LaCocinaNoMuerde.com o adquiere su libro en Amazon.

Envíanos Un Email

con tus preguntas y detalles.

¡Estamos en espera!