El verano nos trae el antojo de un bbq o asado como le llaman mis amigos Argentinos. No importa si es bajo el sol o con la luna y las estrellas de testigo, lee esta receta para que ese momento de alegría no se convierta en uno desagradable para la familia y los amigos.
- Limpia todas las aves, carnes y mariscos, sécalas con papel toalla y envuélvelas bien antes de refrigerarlas.
- Mantén los alimentos fuera de la “zona de peligro”, en el que las bacterias pueden crecer a niveles peligrosos. Eso es entre 40 y 140°F (4.4 y 60 °C).
- Los alimentos no deben dejarse fuera por más de 2-3 horas. Si no estás seguro de cuánto tiempo llevan a temperatura ambiente, deséchalos.
- Mantén todo frío, en neveras portátiles con hielo o paquetes congelados de gel.
- Los alimentos calientes, si salieron de la parrilla y no se los van a comer, llévalos a una bandeja para calentar o ponlos en la nevera.
- Usa una nevera para los bebidas y frutas y otra para las carnes, para que los alimentos crudos, no pierdan temperatura por el abre y cierra.
- Coloca la nevera en la sombra y ponle más hielo si se derrite.
- Si no estás seguro de las temperaturas, usa un termómetro. Uno digital podrá salvar vidas y los encuentras en todos los supermercados y tiendas por departamento.
- Los sobrantes refrigéralos antes de que tomen una larga siesta fuera de temperatura, así sea una ensalada.
- Cuando estés en eventos al aire libre, no comas nada que no sepas cuánto tiempo lleva al aire libre.
El USDA nos ofrece el app FoodKeeper y la web PregunteleaKaren.gov con más guías. Se estima que 1 de cada 6 americanos al año (48 millones de personas), sufren de enfermedades por los alimentos, resultando en 128,000 hospitalizaciones y 3,000 muertes.
Riega la voz entre tus amigos y ¡a saborear el verano sin consecuencias!